Disfunción sacroilíaca y síndrome piriforme

La articulación sacroilíaca es la articulación entre los huesos de la pelvis (ilion) y el sacro, la última parte de la columna. Son dos piezas simétricas y funcionan en armonía entre sí. Es una de las principales articulaciones que transfiere la carga de nuestro cuerpo de arriba a abajo. Si se altera la armonía entre los dos lados simétricos y uno se mueve menos que el otro, la transferencia de carga también se verá afectada, por lo que se produce una disfunción. Como resultado, comienzan muchos problemas aparentemente no relacionados. Puede producirse dolor de cabeza, dolor de espalda, fatiga, dolor en las piernas y, a veces, entumecimiento inexplicable debido a la disfunción de la articulación sacroilíaca. La disfunción generalmente es más común en personas que trabajan en posiciones ergonómicamente deficientes, que siempre se sientan de la misma manera o que tienen predisposición anatómica.
El músculo piriforme es un músculo que se extiende entre el sacro (parte inferior de la columna vertebral). y el hueso de la cadera (fémur) y está ubicado en la parte interna del muslo y le permite rotar. Por esta ceja pasa el nervio ciático. En los casos en que este músculo se contrae excesivamente y sufre un espasmo, pueden producirse molestias similares a las de una hernia de disco debido a la compresión del nervio ciático en su interior. Los hallazgos más comunes son dolor en el área de la cadera y entumecimiento en la pierna. El síndrome piriforme generalmente se observa en personas que pasan la mayor parte del tiempo sentadas, no practican deportes y tienen una gran carga de estrés.
Es importante que el médico considere primero la disfunción sacroilíaca y el síndrome piriforme relacionado, y Se diagnostica mediante examen físico. Para excluir otras posibilidades se realizan principalmente radiografías, resonancias magnéticas y electromiografías.
En su tratamiento es necesario principalmente regular y cambiar los hábitos posturales generales y realizar programas de ejercicios. En la siguiente etapa se pueden utilizar métodos de fisioterapia, inyecciones, ayuda psicológica, acupuntura con aguja seca y tratamientos farmacológicos. Es muy importante ser disciplinados y respetar el tratamiento en estas enfermedades, que en ocasiones incluso pueden confundirse con el reumatismo. Puede causar dolor que dura años y puede requerir tratamientos innecesarios.

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