El dolor no es el destino

En los últimos años, el número de pacientes que padecen Síndromes de Dolor Crónico ha ido aumentando. El dolor crónico que no desaparece a pesar de varios tratamientos es tildado de "PSICOLÓGICO" después de un tiempo y lamentablemente es aceptado como "DESTINO" por el paciente. Sin embargo, “EL DOLOR NO ES DESTINO” y “EL DOLOR NO ES PSICOLÓGICO”.

El dolor que existe desde hace más de 6 meses y no mejora o reaparece a pesar de diversos tratamientos e intervenciones se denomina “Síndrome de Dolor Crónico” . En este contexto se consideran el dolor lumbar, el dolor de cuello, el dolor de espalda, el dolor de articulaciones, los dolores de cabeza y la fibromialgia a largo plazo.

El dolor crónico subyacente se encuentra en puntos focales llamados "áreas de alteración", que en su mayoría existen lejos del Zona donde se produce el dolor. Por esta razón, los tratamientos aplicados sólo en el área donde se produce el dolor no eliminarán el foco del campo perturbador, por lo que o no alivian el dolor, o incluso si lo alivian, el dolor comienza nuevamente después de un tiempo. Una vez más, los tratamientos farmacológicos utilizados en el tratamiento del dolor crónico pueden no ser suficientes porque no eliminan la fuente del dolor. Por esta razón, en el tratamiento del dolor crónico, los tratamientos deben aplicarse a la FUENTE DEL DOLOR, no limitándose a la ubicación del dolor.

 

Tratamiento permanente del dolor crónico Es posible tratando los focos llamados campos de interferencia. Estos focos suelen presentarse como consecuencia de cirugías, accidentes, traumatismos físicos y psicológicos, tratamientos odontológicos e infecciones previas. La función de los nervios en estas áreas de interferencia se ve afectada y envían constantemente señales de dolor al cerebro, provocando un círculo vicioso neurofisiológico.

 

En la evaluación del dolor crónico, estas áreas de interferencia Primero se deben determinar los focos que pueden ser la fuente del dolor crónico en el paciente. Para poder detectarlos es necesario realizar una larga entrevista con el paciente. Durante esta entrevista se cuestiona en detalle cada condición fisiológica y patológica que ha experimentado el paciente, desde que estuvo en el útero hasta ahora. Posteriormente, la fuente real del dolor se determina mediante métodos de examen especiales, como la evaluación kinesiológica y la evaluación de la postura.

 

Después de detectar las áreas perturbadoras en el paciente, se pueden aplicar inyecciones de terapia neural o manual. Las solicitudes se aplicarán a estas áreas. Las técnicas de osteopatía utilizadas pueden eliminar la principal fuente de dolor. Con métodos como la neuralterapia y la osteopatía, las funciones nerviosas dañadas en las zonas que interfieren se restablecen y no causan dolor. Además, a medida que mejora el funcionamiento del sistema neuronal, se regula la circulación sanguínea y la circulación linfática en el cuerpo. Las toxinas que se han acumulado en el cuerpo y contribuyen al dolor crónico se eliminan del cuerpo. Cuando se proporciona suficiente flujo sanguíneo a los tejidos, el cuerpo puede repararlos y curarse a sí mismo. De esta forma se consigue una recuperación permanente y natural.

 

Recuerda; “EL DOLOR NO ES DESTINO”. Lo importante es identificar el origen real del dolor y tratarlo.

 

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