Efectos psicológicos del ayuno

El mes de Ramadán es un mes especial en el que las personas posponen y controlan voluntariamente sus impulsos básicos como comer, sexualidad y sueño, y donde los lazos familiares tienen la oportunidad de fortalecerse. Este mes especial trae consigo autodisciplina y purificación espiritual, como ayunar, adorar, no mentir y no calumniar. Para el mundo islámico y los musulmanes que miran el ayuno desde esta perspectiva, el ayuno es un medio de purificación, es decir, una especie de desintoxicación espiritual. La atmósfera espiritual del Ramadán tiene muchos factores que pueden afectar positivamente el curso de la depresión y enfermedades similares.

Hoy en día existen muchas dietas o prácticas detox. Para deshacerse espiritualmente del estrés del día, la gente, por ejemplo, realiza un ayuno de comida, de agua y trata de purificar tanto el cuerpo como el alma desintoxicándose con diferentes bebidas. El ayuno es una purificación, una especie de desintoxicación espiritual.

El ayuno también contribuye mucho a la estructura social y a las relaciones interpersonales. Durante el Ramadán, la gente toma conciencia de la situación de las personas que no se encuentran en una buena situación financiera. Al apoyarlos a través de medios como el zakat, el fitrah, la limosna y el infaq, se fortalece el vínculo social y los lazos de hermandad. Así, se crea una atmósfera social donde las personas confían entre sí y establecen confianza social como sociedad.

Desde una perspectiva social; Crea efectos positivos en la familia, que es la unidad más pequeña de la sociedad. Los miembros de la familia tienen la oportunidad de reunirse en la misma mesa en un momento determinado durante el Ramadán. Esto es algo que es bueno para la dinámica interna de la familia.

El ayuno permite a la persona controlar sus nervios y no perturbar la paz de los demás. Al ayunar, las personas mantienen su disciplina interna y así aprenden a controlar sus fuertes impulsos. El ayuno también nos ayuda a comprender a los demás, es decir, a ser empáticos, a desarrollar características como la paciencia, el abnegación y el altruismo, y el perdón.

También se ha revelado que el ayuno aumenta las funciones mentales. Durante el Ramadán, nuestro cerebro funciona a plena capacidad, a diferencia de nuestros otros órganos. Esto se debe a que los órganos de nuestro cuerpo envían menos estimulación al cerebro durante el Ramadán. La disminución de los nutrientes que ingresan al cuerpo y el largo plazo del cuerpo. Acostumbrarse a comer a las mismas horas durante un rato relaja el cerebro. El ayuno promueve la formación de nuevas células madre en el cerebro y libera sustancias químicas que ayudarán en esta función. En consecuencia, se produce una disminución de los problemas de estrés y ansiedad. Se ha descubierto que el ayuno afecta positivamente las partes del cerebro que aprenden y recuerdan y previene la aparición de problemas neurológicos como el Parkinson y el Alzheimer.

Dado que nuestro cuerpo no realizará actividades innecesarias durante el ayuno, la percepción y Las actividades de aprendizaje aumentan considerablemente. Nuestra memoria y nuestra memoria registran más, y nos resulta posible concentrarnos más.

Y quizás el efecto más importante; El ayuno nos enseña a ser agradecidos y el sentido de la vida.

Estos días difíciles que vivimos son los días en los que más necesitamos apoyo, empatía y comprensión mutua.

No creo en las coincidencias, así que tal vez haya una razón por la que la pandemia y el Ramadán coincidieron, quién sabe... 

Esperando tener días saludables juntos, con paciencia...

Feliz Ramadán..

 

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