Lo que es natural para todo niño es continuar su vida con sus padres. Sin embargo, cuando la armonía y la felicidad desaparecen entre las parejas, puede surgir una estructura familiar más negativa para el niño. Esta situación puede llevar a una decisión de divorcio entre parejas. Los estudios han demostrado que cuando el proceso se gestiona correctamente, el divorcio no tiene un efecto traumático directo en los niños. (Birdal, 2016) A la hora de gestionar correctamente el proceso lo primero que nos viene a la cabeza es dar la noticia del divorcio e informar correctamente al niño sobre otros cambios que se producirán en su vida.
Uno de los primeros e importantes pasos es transmitir correctamente el proceso de divorcio a los niños. Uno de los factores importantes en cada tema que se discute con los niños es la edad del niño. Por este motivo, es importante proporcionar información según la edad del niño.
La situación ideal a la hora de transmitir la decisión de divorcio a los niños es que la madre y el padre transmitan la situación al niño juntos. Se recomienda que el niño tenga un lugar (habitación) donde se sienta seguro y esté familiarizado con él.
Los niños de entre 3 y 5 años no tienen la estructura cognitiva para comprender el concepto de divorcio de manera abstracta. Por este motivo, basta con declarar que se ha tomado la decisión de vivir en casas separadas, sin utilizar la palabra divorcio. Una explicación breve y clara como "tu madre y tu padre ahora vivirán en una casa separada, podrás verlos y comunicarte con ellos cuando quieras" será suficiente. Es necesario responder a las preguntas del niño. Este período de edad es un momento en el que el niño tiene una naturaleza egocéntrica. El niño puede pensar que su padre se marchará de casa por su mala conducta. Cabe subrayar que la decisión de divorcio no tiene nada que ver con el comportamiento del niño, sino que está relacionada con los problemas vividos entre adultos.
A medida que los niños socializan después de los 5 años, sus ideas sobre el concepto de divorcio comenzar a formarse. Por esta razón, necesita más explicaciones y puede hacer más preguntas. En este grupo de edad, puede ser necesario dar explicaciones generales y no acusatorias sobre los motivos del divorcio. Es importante que los padres no se hablen acusadoramente ni se atribuyan mutuamente los motivos del divorcio.
Después de los 12 años y durante la adolescencia, los niños generalmente no responden a las noticias del divorcio ni a sus emociones. Puede describirse como un período en el que no compartió su identidad. Aquí es necesario darles a los niños la oportunidad de expresar sus sentimientos, compartir con más detalle los motivos de la decisión de divorcio y luego dar explicaciones detalladas sobre cómo se desarrollará el proceso.
Hay algunas declaraciones que no cambian y permanecen constantes en cada período de edad. Lo más importante es que la madre y el padre puedan hablar sin culparse y que el niño no se sienta responsable de la decisión del divorcio. Debe quedar claro que el divorcio cambiará la relación entre los padres, que no habrá ningún cambio en la relación del niño con su madre o su padre y que no debe percibirse como una separación de sus padres. No debe haber ninguna esperanza de que los padres puedan reunirse, y la pareja debe ponerse de acuerdo y mantenerse firme en este tema.
Una relación segura y rutinaria con los padres del niño, incluso si están separados ( llamadas telefónicas todas las noches antes de acostarse, no interrumpir los días de reuniones, etc.). desarrollo, poder comunicarse fácilmente con cada padre cuando sea necesario y recibir apoyo de un experto cuando se note que los sentimientos con los que el niño tiene dificultades o no puede afrontarlo, asegúrese de que el proceso de divorcio se gestione de forma saludable.
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