“Me pregunto qué piensa la gente de mi clase de mí.” “Ojalá tuviera una varita mágica, podría descubrir lo que la gente piensa de mí” o mientras preparaba una presentación o tarea< fuerte>“Definitivamente notaron mis defectos”. ¿Te vienen a la mente pensamientos como…?
Si tienes estos pensamientos con frecuencia, podemos decir que tienes lo que llamamos el esquema de “Imperfección”. Los niños y adolescentes con este esquema evitan establecer relaciones con las personas para que no se noten los defectos que creen tener. Prevalecen los sentimientos de vergüenza; Por lo tanto, se centran en el sentimiento de vergüenza en lugar de en la relación/comunicación en la que se encuentran, lo que impide que los niños permanezcan en el momento.
Si sus hijos dicen: "Ninguna buena acción hago es visto, no soy apreciado", por favor preste atención a esta frase. Si los niños usan esta frase, esta mentalidad no es la de hoy. Podemos decir que tienen experiencias similares en el período de 0 a 6 años, lo que llamamos estructuración de la primera infancia. Lo que pasa es que ahora se han vuelto más expresivos y pueden gritar más fuerte.
Es posible que sus padres o familiares los hayan menospreciado o castigado en su primera infancia. Cada paso que daba el niño era seguido por ojos controladores; La situación que comenzó con advertencias puede haber continuado con voces y actitudes cada vez mayores.
Por otro lado, es posible que hayas hecho que tus hijos se sientan "decepcionados" a una edad muy temprana. Es una situación común que se da en padres cuyas relaciones no van bien o cuando una de las partes no quiere tener hijos. Los padres tal vez no lo digan directamente, pero si esperan que sus hijos asuman el papel de salvadores de su matrimonio; Cuando esa expectativa no se cumple, hace que su hijo sienta este sentimiento cada vez.
Hablar sobre temas relacionados con su hijo frente a otros, especialmente compartir los errores que ha cometido; Es lo peor que les puedes hacer a tus hijos. Su hijo se siente incompleto, inadecuado y siempre imperfecto, y pone esto en gran parte de su vida; nunca hagas nada bueno Se convence a sí mismo de que no puede.
El que se hace daño. El esquema de defecto se siente frecuentemente en niños que se abofetean o se humillan (masoquistas). En realidad, piensan que lo único que merecen es infligirse dolor o daño a sí mismos. A veces aparecen ante nosotros con un pensamiento opuesto. Intentan devaluar a los demás para evitar sentir vergüenza. (Por ejemplo, menospreciando a sus amigos o exagerando los errores de sus amigos...)
Si puedes sentir con frecuencia este tipo de esquemas de culpa en tus hijos o si observas comportamientos, te recomiendo que leas con frecuencia artículos sobre esto. Si estos no son suficientes, es importante contar con el apoyo de un experto. Porque cada situación, evento o problema psicológico que hoy pensamos que desaparecerá cuando éramos niños puede aparecer de forma más compleja a medida que nos hacemos mayores.
¡Escucha esto!
*Esquema de error Si quieres hacer la guerra, te sugiero que primero dejes de luchar con este esquema. Aceptar la situación tal como es; ser plenamente consciente de las emociones positivas y negativas; es el primer paso hacia la recuperación.
*Prepara pequeñas tarjetas o recordatorios que te recordarán tus aspectos buenos y fuertes en tu vida diaria. Por ejemplo; Ver lo trabajadora que eres en la pantalla de tu teléfono en todo momento; Te hará sentir mejor.
* No permitas que la gente te trate mal, te insulte o te falte el respeto. Esto significa acabar con las relaciones enfermizas que intentan hundirnos, aunque sea un miembro de nuestra familia; Es uno de los pasos más importantes que podemos dar.
* ¡Acepta amor, elogios y aprecio! ¡Sí, escuchaste bien! Por ejemplo; Cuando te digan que te ves hermosa, intenta agradecer y aceptar este cumplido en lugar de responder "esa es tu belleza". Ten la seguridad de que te vendrá muy bien.
* Protégete, defiende tus derechos y traza muy bien tus límites.
* Cada día, pregúntate qué hice mejor hoy y habla al respecto, toma notas. Nunca preguntes qué estuvo mal.
* Finalmente, no olvides abrazarte. Porque eres el más valioso.
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