Los padres cuyos hijos participan en deportes organizados pueden experimentar estrés de muchas maneras. Los padres enfrentan factores estresantes relacionados con sus hijos a diario (como preparar al niño para la escuela, organizar el tiempo y las actividades del niño fuera de la escuela, asegurarse de que el niño complete sus tareas, mantener la disciplina). Estos factores estresantes afectan el comportamiento de los padres y, por tanto, la relación entre padres e hijos (Knight, Holt y Tammien, 2009).
Los factores estresantes económicos también son muy importantes y pueden afectar el comportamiento de los padres hacia el niño. Por ejemplo; Los padres que tienen dificultades económicas pueden actuar de forma más controladora o indiferente hacia sus hijos. Por otro lado, las limitaciones de tiempo también pueden ser un factor de estrés para los padres. Los padres que tienen responsabilidades tanto parentales como sociales y comerciales pueden sentirse estancados e inadecuados frente a todos estos deberes y expectativas. Sin embargo, los padres también pueden sentirse cansados, culpables o enojados (Dorsch, Smith & McDonough, 2014).
En un estudio reciente, 123 personas que eran padres de jugadores de tenis junior en Inglaterra compararon las experiencias de padres cuyos hijos practican deportes. Se realizó un estudio de encuesta para investigar el estrés (Harwood & Knight, 2009). Los padres indicaron siete tipos de factores estresantes; participar en partidos y torneos competitivos, comportamiento y responsabilidades de los entrenadores, preocupaciones financieras, limitaciones de tiempo, celos entre hermanos y garantizar la igualdad de atención, desigualdades en las organizaciones de tenis y preocupaciones de desarrollo con respecto al entrenamiento de tenis y futuras carreras de tenis. En otras palabras, podemos dividirlo en tres grupos: estresores competitivos, estresores organizacionales y estresores del desarrollo. El estudio muestra que los padres se ven afectados por el estrés que experimentan sus hijos durante la práctica de deporte.
Kirk y otros (1997) realizaron una encuesta con padres australianos y evaluaron los costos económicos y las consecuencias de la participación de sus hijos en deportes. Los padres ven estos gastos como una inversión y piensan que los recuperarán si sus hijos tienen éxito, porque el éxito en los deportes trae fama. Corresponde a una beca en la universidad. La razón por la que los padres presionan a sus hijos para que tengan éxito en los deportes es que ven este éxito como una recompensa por la inversión financiera y emocional que han realizado. Un estudio reciente evaluó la relación entre la inversión financiera de la familia en deportes y la presión parental percibida por parte del joven, el disfrute de los deportes y el compromiso con los deportes (Dunn, Dorsch, King & Rothlisberger, 2016). En el estudio realizado en Estados Unidos participaron 163 parejas de padres e hijos. Los niños participantes continúan participando activamente en una variedad de deportes; Fútbol americano, béisbol, fútbol, voleibol, lucha libre, tenis, natación, lucha libre y gimnasia. Los resultados muestran que la inversión financiera familiar predice la participación deportiva de los niños, mediando la presión percibida de los padres y el disfrute deportivo. En otras palabras, las familias que están más comprometidas con la participación del niño en deportes exhiben niveles más altos de presión de los padres. Esta situación provoca que el niño disfrute menos del deporte y se sienta menos comprometido a seguir practicando deporte.
Socialización a través del deporte
La participación de los jóvenes en los deportes está aumentando gradualmente y los padres también participan activamente en la vida deportiva organizada de los jóvenes. En este punto surge el concepto de socialización de los padres a través del deporte. Este proceso de socialización conduce a algunos cambios cognitivos, emocionales y relacionales en los padres. Los padres pueden mostrar personalmente algunos cambios de comportamiento con la participación de sus hijos en deportes. Por ejemplo; asistir a más eventos deportivos, ver más deportes en televisión, etc. Al mismo tiempo, puede producirse otro cambio en el campo cognitivo. Los padres se interesan más por los deportes, comienzan a comprender mejor las reglas del deporte y a darse cuenta de las estrategias. Los cambios emocionales pueden observarse como positivos (como orgullo, disfrute, diversión) o negativos (como estrés, ansiedad, decepción). Como resultado, se observa que los padres que participan en la vida deportiva de su niño o joven también experimentan cambios y evoluciones a nivel personal.
Dorsch et al. (2014) invitaron a los niños a participar en deportes por primera vez. Examinó el proceso de socialización a través de los deportes que los padres llorosos experimentan en este proceso y cómo este proceso da forma a las relaciones familiares y las prácticas de crianza. En este estudio, se siguió a cuatro familias durante quince meses. A lo largo del estudio, se evaluaron entrevistas semiestructuradas con padres, niños y entrenadores, diarios de padres y observaciones individuales. Los resultados del estudio encontraron que la participación de los jóvenes en deportes brinda nuevas oportunidades para la interacción familiar y moldea la comunicación familiar. Con estos cambios, los padres se involucraron más en la vida deportiva de los jóvenes, tanto conductual como emocionalmente, y comenzaron a utilizar el deporte como un medio para enseñarles lecciones de vida a sus hijos. A través de esta interacción social repetitiva, los padres comenzaron a aceptar sus nuevos roles dentro del entorno deportivo organizado y continuar su propio desarrollo como padres.
El papel de los padres cambia en el proceso de desarrollo del talento del deportista. Se piensa que los jóvenes pasan por tres etapas en su participación en el deporte; etapas de selección, especialización e inversión. En la primera etapa, el niño participa en diversas actividades deportivas y divertirse es el objetivo más importante. En esta etapa, el papel de los padres es apoyar el desarrollo del niño, dirigir el tiempo de la familia hacia los deportes y ayudar al niño con el transporte y otras necesidades. En la segunda etapa, el niño comienza a especializarse en un deporte en particular y mejora sus habilidades repitiendo prácticas específicas de este deporte. En esta etapa, el papel de los padres es brindar más oportunidades financieras y de tiempo y brindar apoyo moral emocional regular al niño. En la tercera etapa, el objetivo del niño es alcanzar un nivel de élite en el deporte elegido. En esta etapa, los padres siguen siendo una fuente emocional importante. Sin embargo, la influencia directa de los padres en la carrera deportiva del niño ha disminuido y, en este punto, los entrenadores altamente capacitados contribuyen más al niño de lo que los padres pueden aportar
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