Sí, nuevas emociones, nuevas preocupaciones, nuevos orgullos…. Se acerca septiembre, las escuelas abren, como cada septiembre, la pregunta más frecuente que recibimos de las madres es ¿cómo prepararé a mi hijo para la escuela? ¿Cómo debo enviarlo? ¿Está lista para ir a la escuela? Aunque lo medimos cognitivamente con tests, lamentablemente no existe una única forma de medirlo emocionalmente… Como toda dificultad que se experimenta por primera vez, es natural que los niños y los padres experimenten algunas dificultades en el proceso de adaptación a la escuela. Se puede decir que es uno de los factores más importantes que afectan la percepción y la armonía. En este punto entra en juego un concepto llamado ansiedad por separación. La ansiedad por separación es la preocupación de estar lejos del verdadero cuidador. La característica principal del trastorno de ansiedad por separación es que el niño experimenta constantemente angustia y ansiedad extremas cuando se le separa del hogar o de sus apegos. Los síntomas más comunes en la APD son; Observamos angustia relacionada con la separación, negativa a estar sola o sin un adulto y negativa a dormir lejos de casa o de sus cuidadores. A menudo vemos esto con la presencia de niños que no quieren ir a la escuela porque la sociedad no quiere estar separados de sus padres. Entre nuestros clientes a los que escuchamos a menudo en la sala de terapia se encuentran padres exhaustos, cansados de esperar en el patio del colegio y que no dejan a sus hijos en casa ni un minuto. Los estudios han demostrado que las actitudes familiares sobreprotectoras y controladoras de los niños aumentan el nivel de ansiedad en los niños. También se cree que el comportamiento de ansiedad por separación infantil está relacionado con los propios niveles de ansiedad de las madres. Según esta visión, que surgió de la idea de que la ansiedad es una conducta aprendida, se puede decir que la ansiedad por separación que se observa en los niños es una conducta contagiosa de la madre. Cuando un niño pasa su tiempo con un padre ansioso en los primeros años de su desarrollo, puede identificar este comportamiento consigo mismo y utilizarlo en nuevas conexiones, convirtiéndolo en un comportamiento permanente. La mayoría de los padres saben lo difícil que es dejar a su hijo ansioso por la separación con un cuidador, una guardería o un maestro. padre En estos casos como; Hay que tener en cuenta que la ansiedad por separación del niño no es sólo causada por el niño, y la contribución de la familia es muy importante para superar esta situación. No se debe evitar el apoyo profesional cuando se observa que no pueden hacer frente a la ansiedad que experimenta la madre o el niño. Teniendo en cuenta que las actitudes de los padres también tienen un efecto sobre la ansiedad del niño, será un paso muy importante para que las familias sean conscientes de ciertos comportamientos estereotipados que utilizan y comprendan qué comportamiento causa ansiedad. Les deseo a todos los niños y sus familias mucha suerte y buenas experiencias en este proceso.
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