La glándula tiroides es un tejido ubicado a ambos lados de la tráquea en la parte anterior del cuello y proporciona la producción de hormonas tiroideas. Las hormonas tiroideas son esenciales para el desarrollo del cerebro fetal y la maduración esquelética. En los adultos, es fundamental para regular la tasa metabólica del organismo. La producción de hormonas tiroideas está controlada por hormonas secretadas por las glándulas pituitaria e hipotálamo, antecedentes familiares de cáncer de tiroides, genética (MEN-2) y sexo femenino.
Cánceres de tiroides diferenciados (cáncer papilar (80%), cáncer folicular (10%)), cánceres indiferenciados (cáncer medular (5%), cáncer anaplásico (1%)) y otros (linfoma, sarcoma, metástasis). Aunque el enfoque de diagnóstico y tratamiento es similar, también existen diferencias y dificultad para respirar. Los niveles de hormona tiroidea suelen ser normales.
Cuando se detecta un nódulo en la glándula tiroides mediante un examen físico, se debe evaluar la ecografía y los niveles de hormona tiroidea. Luego de demostrar la presencia del nódulo, se debe evaluar este con diagnóstico de tejido mediante biopsia por aspiración con aguja fina. Nuevamente, se puede realizar una gammagrafía tiroidea para evaluar los nódulos tiroideos. Los tumores grandes y fijos pueden requerir una tomografía computarizada y un examen de resonancia magnética.
El tratamiento principal para el cáncer de tiroides es la cirugía, y los ganglios linfáticos deben extirparse, si necesario, junto con la tiroidectomía en cirugía. Después del tratamiento quirúrgico, el tratamiento con yodo radiactivo (cáncer papilar y parcialmente folicular) se puede organizar según el tipo de tumor. La radioterapia, por otro lado, se puede aplicar en tumores que no se pueden extirpar o en metástasis óseas.
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