¿Cómo avanza la terapia sexual?

La sexualidad es parte del matrimonio y un hecho de la vida humana que no se puede ignorar. El concepto de sexualidad, que ocupa un lugar importante en la estructura biológica del ser humano, tiene numerosos beneficios psicológicos y fisiológicos. Algunos de estos beneficios son importantes para mantener la vida. En otras palabras, la sexualidad es uno de los rituales indispensables de la vida.

En ocasiones podemos experimentar problemas o tener dificultades para dar el primer paso para realizar este ritual vital. Los problemas que encontramos en nuestra vida sexual no son deficiencias personales, sino problemas de salud que pueden tratarse. Aunque puede ser diferente en hombres y mujeres, es posible verlo y su frecuencia relativa de aparición es cercana entre sí. Independientemente de de qué lado esté el problema, éste es un problema que debe resolverse colectivamente. Las terapias sexuales se dirigen principalmente a esto.

Por supuesto, cuando las personas experimentan problemas en las áreas más íntimas de la vida, esto puede provocarles ansiedad y vergüenza. Por esta razón, las parejas pueden experimentar introversión, malestar familiar e incluso matrimonios que terminan en divorcio. En este punto, es importante que las parejas o individuos sean conscientes de que este tipo de problema de salud se puede combatir y que pueden buscar apoyo profesional. Recientemente, la conciencia sobre los trastornos sexuales y sus soluciones ha aumentado significativamente en nuestro país y en todo el mundo.

Además, el tema de la terapia sexual es un tema muy sensible y abierto al abuso. Las personas que solicitarán servicios de terapia sexual deben realizar una revisión de la literatura específica sobre este tema. Estar informado sobre el problema es de importancia crítica en el proceso terapéutico y en la selección del terapeuta. Para no inducir a error al paciente, a la hora de elegir un especialista no se debe pasar por alto el hecho de que éste haya recibido formación en terapia sexual. Un error de este tipo interrumpirá el proceso de tratamiento y provocará problemas psicológicos y sexuales. Este es un tema especial que requiere formación. No basta con estudiar psicología o ginecología únicamente. Si el problema se debe a una razón biológica se debe buscar ayuda de expertos médicos, o si es causado por una situación psicológica o traumática, se debe buscar ayuda de psicólogos formados en “terapia sexual”.

Con expertos en este campo. Cuando se acude a un psicólogo capacitado, primero se deriva al paciente a un médico de campo para determinar si la fuente subyacente del problema es fisiológica o psicológica. Si se entiende que el problema es un trastorno que requiere terapia, la pareja o el individuo entra al proceso de psicoterapia con el especialista. En la terapia sexual se utilizan métodos conductuales y se remodela la vida sexual partiendo de cero.

Con el inicio de la psicoterapia se toma una buena historia sexual de las partes, y cualquier factor que pueda causar disfunción sexual, como lo que hacen por el resto de sus vidas, su entorno social y sus entorno cultural, se intenta determinar. El terapeuta puede realizar este estudio de identificación reuniéndose a veces con los cónyuges uno por uno y otras veces juntos. La primera sesión de terapia está dedicada a identificar el problema y comprender la compatibilidad de los socios entre sí. Mientras todo esto sucede, la pareja tiene la oportunidad de conocer al terapeuta que los ayudará, decidir si confían en la terapia y en el especialista, y si quieren continuar, comienza el proceso de tratamiento.

En el siguiente paso, el terapeuta informa claramente a los clientes sobre sus problemas y ellos deciden junto con ellos qué camino seguir. El terapeuta brinda información sobre cuántas sesiones durará la terapia, qué métodos se aplicarán y la frecuencia de las sesiones.

Luego, se brinda a la pareja información anatómica y fisiológica sobre la sexualidad como preparación preliminar para el tratamiento. Esta etapa también puede constituir sólo la parte de tratamiento para algunas parejas, dependiendo del tipo de sus problemas.

Una vez que la pareja está preparada para el proceso terapéutico y el método a aplicar, se preparan las tareas de acuerdo con las indicaciones del Terapeuta Sexual y el malestar comienza a resolverse en pequeños pasos. Estos ejercicios enfocados a solucionar el problema generalmente son actividades que la pareja debe practicar en conjunto. Por lo tanto, ambos cónyuges deben estar abiertos a este trato, deseando y creyendo en el proceso.

 

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