A pesar de las advertencias de los dietistas, muchas personas intentan perder peso basándose en información de oídas y desafortunadamente creen que necesitan eliminar los carbohidratos de sus vidas para lograrlo. Al ver que perdió peso luego de eliminar los carbohidratos de su vida, afirmó que lo que hizo estaba bien e incluso que era un hecho científico. Sin embargo, aunque es bastante normal que al principio pierda peso debido a la masa de agua que expulsa de su cuerpo, comete un gran error al pensar que está perdiendo peso.
Porque; Al principio, la mayor parte del peso corporal que pierde consiste en agua. Cuando los carbohidratos ingresan al cuerpo, el agua que se mantiene en las células en caso de que la densidad del agua disminuya se elimina de las células porque ya no es necesaria cuando se cortan los carbohidratos y sale del cuerpo de varias maneras.
Así, en lugar de perder grasa del cuerpo, éste pierde agua. Después de un tiempo, creyó que estaba perdiendo peso y decidió terminar la dieta, y recuperó el peso muy rápidamente.
Por supuesto, no se limita a esto, también hay una dimensión de salud en este. Si bien no se ha demostrado que la restricción de carbohidratos a largo plazo pueda proporcionar resultados más efectivos en la pérdida de peso corporal que otras formas de nutrición, en realidad se ha demostrado que allana el camino para los efectos negativos en la salud.
La El cerebro adulto requiere 140 gramos de glucosa al día. Cuando no consume suficientes carbohidratos, la cantidad de glucosa que ingresa a su cuerpo es limitada y sus funciones cerebrales no pueden continuar funcionando normalmente. Por lo tanto, cuando se reducen los carbohidratos, el cuerpo descompone las células grasas para obtener energía en ausencia de carbohidratos. Los cuerpos cetónicos, que se producen como resultado de la quema de grasas como energía, aparecen primero en la sangre y, a medida que aumentan sus cantidades, comienzan a pasar a la orina. Debido a la pérdida de energía y la acumulación de cetonas, las dietas bajas en carbohidratos pueden causar náuseas, dolores de cabeza, dificultad para respirar, mareos, debilidad, mal aliento. Junto con síntomas como micción frecuente y deshidratación, altera la delicada química del cuerpo y causa cetoacidosis diabética, una afección peligrosa.
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