Apego en los niños

Las personas tienden a formar vínculos emocionales con personas que son importantes para ellos. Esta exigencia se puede observar fácilmente en los bebés desde el momento del nacimiento, el mejor ejemplo de apego es cuando un bebé deja de llorar al escuchar la voz de su madre. La teoría del apego ocupa un lugar importante en la psicología del desarrollo. Desde el momento en que nace el bebé, éste no puede satisfacer sus propias necesidades y necesita de un cuidador, normalmente la madre del niño. El bebé quiere establecer un vínculo emocional y positivo con esta persona, este modelo de trabajo mental se llama apego. Al permanecer cerca de esta persona, el bebé también aumenta sus posibilidades de supervivencia. Además, el bebé poco a poco comienza a explorar el entorno, utilizando a esta persona como base de seguridad. La teoría del apego son los vínculos sociales y emocionales formados entre la madre y el bebé desde el nacimiento (Bowlby, 1980,1982; Ainsworth, 1989). Estos vínculos tienen un lugar muy importante en los aspectos sociales y emocionales, especialmente en la vida posterior del niño. Dependiendo del comportamiento de la madre, se forman ciertos patrones de comportamiento en la mente del bebé, y con estos patrones, el bebé produce automodelos sobre sí mismo y sobre los demás. (Baker, 2003; Bretherton, 1990; Vaughn, 2006;). Por eso, la relación de la madre con el bebé es muy importante, debe responderle a tiempo, brindarle calor, alimentarlo regularmente y crearle una base de seguridad.

Hay ciertos comportamientos que mostrar conductas de apego, una de las cuales es que el bebé intenta tener una relación con la persona a la que está apegado, buscándola constantemente, sintiéndose aliviado cuando huele su aroma o escucha su voz. Si la persona a la que está apegado el bebé no está cerca, él/ella lo siente y reacciona como llorando. Otro comportamiento es que mientras el bebé se siente más cálido y seguro con la persona a la que tiene apego, puede sentirse incómodo con otras personas, que son los comportamientos más básicos que prueban la existencia del apego.

El apego generalmente se divide en cuatro grupos diferentes:

  • Bebés con apego seguro: estos bebés utilizan a la madre como base de seguridad para explorar el entorno. Les encanta examinar el entorno y jugar con los juguetes que los rodean. Cuando ven a un extraño, recurren al cuidador. Se calman fácilmente cuando se reúnen con el cuidador. Interactúan positivamente con él, riéndose de él y subiéndose a su regazo. B. Cuando se reúnen con la persona que les da la corriente, continúan explorando el entorno.
  • Bebés inseguros y evitativos: generalmente parecen desinteresados ​​en el cuidador. Evitan al cuidador y tienen poco contacto con él. Reaccionan de manera similar ante extraños y cuidadores. Intentan prestar más atención a los juguetes. No reaccionan cuando se reencuentran con el cuidador.
  • Bebés inseguros y resistentes: Estos bebés suelen aferrarse a la madre, muestran resistencia en el momento de la separación y se enojan con el cuidador en el momento del reencuentro, lloran. y continúa reaccionando.
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  • Bebés inseguros y desordenados: Son muy inseguros, desordenados y confundidos. Se observan contradicciones en su comportamiento durante la separación. Pueden parecer aturdidos y confundidos cuando se los separa de la madre. Cuando la madre los levanta, miran hacia otro lado y actúan sin responder.
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