La principal razón del aumento de peso es la disminución de los niveles de muchas hormonas, especialmente el estrógeno. Los cambios metabólicos en este proceso también provocan problemas como estrés e insomnio, lo que facilita el aumento de peso. Desafortunadamente, sería un error considerar el aumento de peso en este período simplemente como un aumento de peso. Con los cambios hormonales, aumenta la tasa de grasa corporal. El peso ganado se manifiesta como un aumento de grasa, especialmente en el abdomen. Esto provoca un aumento del riesgo de muchas enfermedades como enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2, osteoporosis.
Aun así, a pesar de estos cambios metabólicos, es posible controlar su salud. Los resultados de los estudios han demostrado que las necesidades energéticas y nutricionales de las mujeres cambian después de la menopausia. Durante este período, la tasa metabólica del cuerpo disminuye, por lo que las necesidades energéticas disminuyen. Por lo tanto, es importante realizar cambios simples en su dieta para adaptarse fácilmente a este proceso.
¡La ingesta de calcio es importante!
Después de la menopausia en las mujeres, los estrógenos Los niveles disminuyen, la ingesta urinaria de calcio aumenta la pérdida ósea debido a razones como el aumento de la excreción y la disminución de la absorción de calcio en los intestinos. Según los resultados de la investigación, mientras que la pérdida de densidad ósea en mujeres premenopáusicas es del 3-5% cada 10 años, esta tasa es del 1-3% anual con la menopausia. Se debe proporcionar un aporte adecuado de calcio y vitamina D para proteger la salud ósea y evitar su pérdida.
¡Cuidado con las grasas!
En este periodo, cuando el El riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta, se deben evitar muchos alimentos grasos. El tipo de ácidos grasos es tan importante como la grasa dietética. Se debe reducir el consumo de grasas saturadas (grasas que son sólidas a temperatura ambiente) y grasas trans (especialmente en las margarinas). Como fuente de grasas se deben preferir los aceites líquidos como el aceite de oliva y los alimentos con alto contenido en omega-3 como las nueces y el pescado. Además de la grasa consumida, se deben considerar las grasas de la carne y los productos lácteos, prefiriéndose las descremadas o bajas en fibra, que tiene efecto en la protección y tratamiento de la piel. es de gran importancia. Se debe aumentar el consumo de fibra, que tiene muchos beneficios como la regulación del azúcar en sangre, la reducción del colesterol, el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y la prevención del estreñimiento, y se deben proporcionar entre 25 y 30 g de fibra al día con la dieta. Verduras, frutas, frutos secos, legumbres, cereales integrales son alimentos con alto contenido en fibra.
¡No olvides el agua!
A medida que disminuye la sensación de sed A medida que aumenta la edad, el consumo de agua disminuye. Dado que el agua tiene funciones muy importantes como eliminar los desechos de nuestro cuerpo y proporcionar equilibrio mineral, su consumo insuficiente provoca muchas enfermedades. Por este motivo, no se debe esperar sed para beber agua y se debe consumir al menos 2-2 litros de agua al día. Además, el consumo excesivo de té y café provoca pérdida de líquidos ya que provoca micción frecuente. Se debe evitar el consumo excesivo de té y café, tanto por este motivo como por el efecto de la cafeína para aumentar la destrucción ósea. Además de mantener el peso corporal ideal, la actividad física regular también aporta beneficios como reducir el colesterol, proteger la salud cardiovascular, prevenir la osteoporosis y facilitar la digestión. Se recomienda realizar 30 minutos diarios o 150 minutos semanales de actividad física moderada para mantener la salud.
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