Epidemia desconocida: deficiencia de vitamina D

Aunque la vitamina D se puede ingerir en cierta cantidad a través de la dieta, es una vitamina que se sintetiza principalmente en nuestra piel por el efecto fotoquímico de la luz solar (Ultravioleta B). Después de sintetizarse en la piel, se convierte a su forma más activa en el hígado y los riñones. Es una vitamina que se puede almacenar en el hígado y en la grasa. En un estudio realizado en Inglaterra, se detectó deficiencia e insuficiencia de vitamina D en más de la mitad de la población durante los períodos de invierno y primavera. De igual forma, en un estudio realizado en nuestro país se encontró una tasa de deficiencia del 51,8% y una tasa de insuficiencia del 20,7%. Es decir, los niveles de vitamina D de dos de cada tres personas de nuestra sociedad no están en el nivel deseado. Por lo tanto, la deficiencia de vitamina D se considera ahora una epidemia mundial.

¿Cuáles son los síntomas de la deficiencia de vitamina D?

Algunos pacientes no presentan síntomas. En algunos pacientes, los síntomas principales son fatiga, dolor corporal generalizado, sensibilidad ósea y pérdida de fuerza que provoca dificultad para caminar en el futuro. Sin embargo, las investigaciones científicas actuales han demostrado que la vitamina D tiene muchas funciones en el cuerpo y, por lo tanto, puede causar diferentes síntomas como susceptibilidad a infecciones, cambios de humor, depresión, caída del cabello y dolor de cabeza. Hay estudios que demuestran que la deficiencia de vitamina D puede desencadenar diabetes, cáncer, especialmente cáncer de mama, y ​​enfermedades reumáticas.

¿Quiénes son las personas con mayor riesgo de sufrir deficiencia de vitamina D? <

  • Ancianos

  • Aquellos que trabajan en interiores y no están expuestos a suficiente luz solar

  • Aquellos que usan protector solar (por ejemplo, factor alto)

  • Aquellos con enfermedades renales y hepáticas

  • Aquellos que usan medicamentos para la epilepsia y cortisona

  • Aquellos con trastornos nutricionales

  • Aquellos con enfermedad celíaca

  • Las mujeres durante el embarazo y la lactancia son personas de mayor riesgo.

  • ¿Cuáles son los métodos de tratamiento para la deficiencia de vitamina D?

    En primer lugar, en primavera y verano es suficiente para las personas que no padecen ninguna enfermedad: el cuerpo debería poder sintetizar y almacenar su propia vitamina D tomando el sol. Así, es suficiente Durante los meses de invierno cuando el sol no es visible, el cuerpo cubrirá sus necesidades con este tanque. Lo principal a tener en cuenta a la hora de tomar el sol es que los rayos del sol contacten directamente con la piel, es decir, no utilizar protector solar y no desde detrás del cristal. Serán suficientes 20-30 minutos de baños de sol diarios en brazos y rostro. Para protegerse de los efectos nocivos de la luz solar, no se deben preferir las horas del mediodía cuando el sol está directamente encima. El hígado, los huevos y el pescado son alimentos que contienen vitamina D y definitivamente deberían incluirse en la dieta.

    Sin embargo, las personas con síntomas deben recibir un tratamiento suplementario con vitamina D. Para ello, existen medicamentos con vitamina D que se pueden tomar mediante inyección o por vía oral. Dado que la vitamina D se puede almacenar en el cuerpo, no se deben alcanzar dosis tóxicas. Por lo tanto, sería correcto que su médico determine la dosis de acuerdo con sus síntomas y valores de laboratorio.

    En conclusión: La deficiencia/insuficiencia es bastante común. Tomar el sol y una dieta correcta y consciente son importantes para la protección. Teniendo en cuenta que hoy en día no podemos beneficiarnos lo suficiente de la luz solar, se puede decir que la importancia del tratamiento suplementario con vitamina D está aumentando.

    Que tengas un día saludable…

     

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