La gente dice 'su mamá también tenía sobrepeso, si no comes tanto y no haces ejercicio, tendrás una barriga más grande como esta, y él tenía sobrepeso cuando nació', es considerado uno de los causas de la obesidad. De hecho, hay una pequeña parte en estos mitos legendarios. Obesidad de la OMS; Se define como los efectos de factores genéticos y ambientales sobre el tejido adiposo y el metabolismo energético del individuo. Para decirlo más claramente; Los individuos con predisposición genética a la obesidad se vuelven obesos bajo la influencia de factores ambientales (Pekan, 2017).
1.2.1. Efectos de los factores genéticos sobre la obesidad: Se sabe que la obesidad tiene una transmisión genética, pero excepto las enfermedades comórbidas con la obesidad, la mayoría de los pacientes obesos no se vuelven obesos por herencia. Se han realizado estudios de gemelos, de familias y de padrastros para descubrir los efectos de la herencia en la obesidad. En estudios basados en el IMC, el IMC de gemelos idénticos y gemelos idénticos o gemelos criados por separado mostró una similitud del 70%, mientras que la misma tasa disminuyó al 30% en estudios de pasos individuales. En estudios realizados con familias se encontró un nivel moderado de heredabilidad, a diferencia de los estudios de gemelos y de pasos. La obesidad o el sobrepeso en familiares de primer grado se calcula mediante el método denominado 'coficiente lamda'. Esto compara nuestro riesgo de volvernos obesos cuando un pariente biológico es obeso con el riesgo de que otros individuos de la comunidad se vuelvan obesos. El estudio sobre este tema; Mostró que el índice de riesgo obtenido de 2.349 familiares de primer grado de 840 individuos obesos era dos veces mayor que el de la población general. El riesgo aumenta dependiendo de la gravedad de la obesidad en el individuo (Şık, 2017). Un estudio realizado en Canadá proporcionó argumentos que respaldan esta cuestión. En un estudio realizado en 15245 personas, el riesgo de ser obeso en aquellos que tienen un familiar obeso es 5 veces mayor que el de la población canadiense (Gedik, 2003). En resumen, las personas que tienen personas obesas en su familia o parientes tienen un mayor riesgo de volverse obesos que otros miembros de la sociedad.
1.2.2. Efectos de los factores ambientales sobre la obesidad:Aunque los factores genéticos tienen un impacto en la exposición del individuo al problema de la obesidad, los principales determinantes son los factores ambientales. Todos y todo lo que está fuera del individuo se denomina "entorno" (Gürel e İnan, 2001). Nadar Burg (1999) es quien propuso la primera tesis sobre la relación entre medio ambiente y obesidad. Un entorno alimentario saludable empuja al individuo a vivir una vida sana y provoca un aumento de la actividad física del individuo. El estilo de vida, el estilo, el pensamiento e incluso los hábitos de consumo de alimentos del entorno nos afectan de forma voluntaria o involuntaria. Factores ambientales en la obesidad; Está determinado por qué tipo de alimento elegimos, cómo accedemos a ese alimento, los valores calóricos de ese alimento y los valores que el entorno impone sin que seamos conscientes de ello (Soylu, 2016).
Selección de alimentos: El entorno en el que vivimos determina nuestras elecciones de alimentos saludables. Cuando se brinda apoyo, el cambio se logra más fácilmente y la continuidad continúa. Ambiente de nutrientes Cummins y Macintre; Se define como cualquier tipo de alimento comprado en el exterior y listo para ser cocinado, productos envasados o alimento consumido en el exterior (Duman, Kayhan y Sesal, 2009). Factores que se originan en el individuo (elección de alimentos del individuo, comportamiento y actitudes alimentarias, factores biológicos y demográficos), entorno social (familia, vecinos, amigos y parientes), entorno físico (escuela, mercado, lugar de trabajo, centro comercial y restaurante) y macro. -Factores ambientales a nivel.(situación socioeconómica, cultura, comercialización de alimentos y políticas en el campo de la nutrición) son factores que afectan el entorno nutricional del individuo. Si a un niño le gustan o no las verduras o determina la porción de alimento que come es un factor individual, mientras que si la familia del niño come verduras o no es un factor social. La disponibilidad de verduras en los lugares donde el niño pasa su día, como el hogar o la escuela, o el fácil y barato acceso de la familia a las verduras son factores del entorno físico. Las políticas agrícolas y los productos de calidad en este sentido son factores ambientales a nivel macro (Gedik, 2003).
Accesibilidad: ahora es casi imposible ver a personas llevando comida en loncheras como en Películas turcas. El entorno actual nos ofrece fácilmente alimentos instantáneos, calientes, deliciosos, ricos en energía y ricos en calorías. Restaurantes de comida rápida en cada esquina, bebidas altas en calorías que podemos beber incluso mientras caminamos, refrigeradores y congeladores donde podemos almacenar fácilmente todo lo que hay afuera facilitan el acceso y el consumo de los alimentos. Sin embargo, la evolución del estilo de vida y la estructura sociocultural obligan al individuo a comer al aire libre. Te hace feliz. Comer fuera contiene más azúcar, grasas y colesterol que comer en casa, lo que es una invitación a la obesidad (Soylu, 2016). Estudios realizados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (2010) encontraron que los alimentos que consumimos afuera son 134 calorías más que en casa. Otro estudio demostró que las personas tienden a percibir menos calorías de lo habitual en los alimentos que consumen (Serter, 2003). Los estudios a corto plazo en animales demuestran que; Cuando a los animales se les dieron diversos alimentos ricos en grasas según lo deseado, se produjo un intenso aumento de energía y obesidad en los animales. A uno de los caballos, que se colocó en dos jaulas diferentes, se le colocaron 3 tazas de bebida que contenía sacarosa y una taza de agua, y al otro se le colocaron 3 tazas de agua y 1 taza de bebida que contenía sacarosa. El caballo que recibió una bebida que contenía más sacarosa ganó peso excesivo después de treinta días. Aunque estos animales tienen el mismo sistema metabólico, su balance energético está bajo el manejo de factores ambientales (Soylu, 2016).
Precios de los alimentos: Los aumentos y disminuciones en los precios de los alimentos afectan la cantidad de comida que compraremos. Un estudio realizado con estudiantes universitarios demostró que cuando se redujeron los precios de los alimentos saludables (como productos lácteos, sopas y ensaladas), los estudiantes consumieron más de estos alimentos. Asimismo, en diferentes estudios realizados con estudiantes se observó que cuando los precios de frutas y ensaladas se redujeron a la mitad, las tasas de ventas aumentaron respecto a antes. Además, anunciar al consumidor que se han reducido los precios de los alimentos saludables ha aumentado la tendencia del consumidor hacia los alimentos saludables. En un estudio realizado en la cafetería de un hospital se encontró que cuando aumentaba el precio de las bebidas con alto contenido de azúcar, disminuía el consumo, e incluso cuando bajaba el precio, disminuía el comportamiento de los individuos en el consumo de esas bebidas. Teniendo en cuenta todos estos estudios, se deberían aumentar los precios de los alimentos poco saludables que aumentan la tasa de obesidad y el objetivo debería ser orientar al individuo a consumir alimentos saludables y concienciar a los consumidores. Reducir los precios de los alimentos saludables también reduce la tasa de obesidad (Soylu, 2016).
Etiquetado de los menús: Escribir los valores nutricionales y las calorías de los alimentos y bebidas del menú en el producto a consumir inmediatamente puede empujar al individuo a elegir menús más saludables (Köksal y Özen, 2008). En un estudio realizado en una gran cadena de restaurantes, se observó que cuando a los individuos se les indicaba los valores nutricionales y la información calórica del producto que elegían, mostraban un comportamiento de selección de alimentos menos calórico (Soylu, 2016). Otro estudio de una cadena de restaurantes se realizó en una población de 106 personas de entre 11 y 18 años. Primero se les dio a las personas un menú que no contenía valores nutricionales ni calorías. Posteriormente, se entregó un segundo menú con calorías y valores nutricionales escritos en él, y se observó que los individuos que tomaron el segundo menú pidieron un 29% menos de comida. Estos cambios en los menús y pedidos ayudan a las personas a consumir menos calorías y a ser más cuidadosas en sus futuras elecciones de alimentos. En este sentido, si se establece un marco legal para la declaración de calorías en los menús, se puede reducir un factor que afecta a la obesidad (Gedik, 2013).
El efecto de los anuncios y la Neurobiología: Alimentos Los anuncios sobre estos alimentos afectan nuestra preferencia por esos alimentos. El mecanismo del apetito y la ingesta de alimentos son susceptibles de verse afectados por señales de nuestro entorno y cuerpo. Conscientes de esta situación, la industria alimentaria nos anima a elegir ese producto mediante técnicas de neuromarketing. Por eso la industria alimentaria trabaja con neurocientíficos y psicólogos. El objetivo en este sentido son los niños; los niños que están expuestos a estas percepciones desde la infancia también se convierten en clientes de las mismas empresas cuando crecen. La industria alimentaria crea creencias positivas al influir en las percepciones de los individuos sobre los alimentos ricos en calorías y bajos en energía (Öyekçin y Deveci, 2012). Los estudios han demostrado que los niños; Se ha demostrado que es más probable que quieran lo que ven en los anuncios que consumir zumo casero. La Organización Mundial de Agricultura y Salud (2002) afirmó que consumir y comercializar productos con alto valor energético y pobres en nutrientes son factores de riesgo para la obesidad.
Niños y sus familias: el primer niño que el individuo conoce El escenario es la familia, por lo que los primeros aprendizajes y los primeros hábitos se enmarcan en la familia. La familia tomada como modelo influye en la vida y en las elecciones del niño en la edad adulta. Una investigación realizada en 1.196 familias con niños de cuarto grado demostró que existe una estrecha relación entre la presencia de comida chatarra (patatas fritas, refrescos de cola, productos listos para comer) o alimentos saludables en el hogar y la obesidad. Dado que el individuo tiene una orientación hacia la comida disponible en casa, consume lo que está disponible en casa o pide comida preparada del exterior. Los niños que comen en la misma mesa con sus familias siete o más veces por semana tienen un riesgo de obesidad 0,7 veces menor que los niños que no comen con sus familias (Köksal y Özel, 2008). En un estudio realizado por Saelens et al., la tasa de niños con sobrepeso de familias con sobrepeso era del 35,1%, mientras que esta tasa era del 8,2% para los niños de familias no obesas, y el 23,2% de las familias obesas tenían niños obesos. Según los resultados de una investigación realizada en Inglaterra, el IMC de las personas que viven en lugares que venden alimentos poco saludables cerca de sus casas es más alto que el de otras. Los niños que están cerca de un entorno saludable y cuya actividad física es apoyada (mercados y restaurantes con productos saludables, cerca de carriles bici y parques para caminar) enfrentan menos riesgo de obesidad (Şık, 2017).
Organización del Medio Ambiente: Es importante dónde, cómo y qué instalaciones tiene la casa en la que vivimos o el lugar en el que trabajamos durante todo el día. ¿Qué papel juega nuestro hogar o lugar de trabajo, donde hoy pasamos la mayor parte de nuestras vidas, en la obesidad? Tener nuestro hogar y lugar de trabajo en un lugar seguro y espacioso, ser físicamente útiles (brindar oportunidades para parques, aceras y actividades de ejercicio) y estar cómodos en términos de transporte (proximidad a ciclovías y transporte público) hace que nuestro entorno sea atractivo. Estos valores son factores que aumentan la actividad física y la calidad de vida del individuo (Sözen, 2006). Los estudios sobre la importancia del entorno físico en la obesidad mencionan 4 criterios al respecto. Estos criterios; funcionalidad, estética, distancia y seguridad. La distancia del entorno donde vive el individuo; tiendas, parques, centros comerciales, productos saludables
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