Desde la infancia, es común que los dientes permanentes queden incrustados en la mandíbula por muchos motivos y no puedan insertarse en la boca por donde deberían salir. Los primeros dientes, los dientes de leche y los dientes permanentes que empiezan a aparecer en la boca en el período posterior, la erupción, es decir el orden de su aparición en la boca, es un proceso que transcurre con equilibrios muy delicados.
La caries o pérdida prematura de los dientes de leche por cualquier motivo, impide que el futuro diente permanente se asiente correctamente. En estos casos, los dientes adyacentes al diente perdido se inclinan hacia el espacio existente, cerrando el lugar del diente que debería salir por abajo. O, en personas con dientes genéticamente grandes y estructura de mandíbula pequeña, los dientes permanentes pueden no encontrar un lugar en la boca cuando llega el momento de hacer erupción. La condición de dientes impactados también puede ocurrir en casos en los que hay fragmentos de dientes incompletos o dientes excedentes (dientes supernumerarios). dientes). Incluso en casos con una estructura ósea o una estructura de tejido blando muy gruesa, es posible que los dientes no puedan sobresalir hacia la boca.
Bueno, ¿cuál debe ser el enfoque de tratamiento para estos dientes que pueden permanecer en la boca? ¿Por muchas razones?
En tales casos, sólo el examen intraoral no es suficiente, es absolutamente necesario realizar una evaluación integral mediante la obtención de un examen radiológico e incluso imágenes tomográficas. El ortodoncista, cirujano y radiólogo evalúan estos datos y deciden si el diente se puede colocar correctamente donde debe estar.
Lo más importante es el ángulo entre el espacio por donde debe salir el diente y el ángulo normal. posición de erupción. Es decir, si el diente está en su posición natural, con un ángulo muy horizontal respecto a la dirección en la que debe desplazarse, será muy difícil de mantener y en ocasiones se puede decidir su extracción. En estos casos se inicia el proceso normal de tratamiento de ortodoncia. Una vez preparado el espacio en el que se mantendrá el diente, se abre la parte superior del diente con una operación quirúrgica y se fija un alambre al diente que queda en el hueso. Gracias al aparato o alambres que se extienden hacia afuera desde este diente, se aplican fuerzas ideales apoyándose en otros dientes o minitornillos en la boca y el diente interno se mueve lentamente hacia su propio lugar.
Este proceso Depende de la posición del diente y de la estructura del hueso en cada individuo, será en diferentes momentos. Pero el propio diente del paciente es tan valioso que merece la pena pasar por todo este proceso. Una vez que el diente se encuentra en su lugar original, se finaliza el tratamiento de ortodoncia con los protocolos habituales garantizando la total compatibilidad con los dientes de la mandíbula adyacente y opuesta.
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