Síndrome de alimentación nocturna

La relación entre el hambre y el sueño está regulada por el control de los ritmos homeostáticos (equilibrio) y circadianos (reloj biológico). En los seres humanos, los ritmos circadianos de comer y dormir suelen estar en armonía entre sí. En las personas que experimentan el síndrome de alimentación nocturna, el ritmo entre ambos se altera. En el síndrome de alimentación nocturna, los ritmos biológicos de comer y dormir están separados. Hay un retraso en la ingesta de energía, como resultado, se suprime la alimentación matinal de estos individuos, mientras que aumenta la alimentación vespertina y nocturna. Hay un retraso de 2 a 6 horas entre los ritmos de alimentación y sueño. Sin embargo, el ciclo del sueño no se altera. El comportamiento alimentario anormal durante el período de sueño puede deberse a diferentes motivos. El síndrome de alimentación nocturna es un trastorno alimentario en el que la anorexia por la mañana, la hiperfagia por la noche y la alimentación nocturna después de despertarse van acompañadas de insomnio. Recientemente, el síndrome de alimentación nocturna se ha conceptualizado como un retraso circadiano en la ingesta de alimentos.

Aproximadamente el 50% de las calorías diarias se consumen a través de los snacks después de la cena.

El objetivo del tratamiento nutricional durante la noche El síndrome alimentario se produce principalmente durante el día, es equilibrar el programa nutricional interno. Porque esto puede provocar aumento de peso.

Se deben evitar los carbohidratos que contengan azúcares simples como arroz, patatas, bollería o postres, y se debe preferir el pan integral, la pasta integral o el bulgur. Dado que los carbohidratos simples aumentan y reducen el azúcar en sangre rápidamente, provocan hambre temprana, mientras que con los carbohidratos complejos, el equilibrio de saciedad durará más.

Se debe organizar la cena y tomar la merienda dos-tres horas antes de acostarse. Este refrigerio debe ser un refrigerio equilibrado que consista en proteínas y carbohidratos para equilibrar el azúcar en la sangre durante la noche.

Si el deseo de comer continúa, se pueden consumir tomates, pepinos o verduras de temporada como refrigerio. Las verduras crudas se pueden consumir en cualquier momento del día, ya que casi no tienen calorías y aportan sensación de saciedad.

 

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