Fisura Anal y su Tratamiento

Las fisuras son grietas que generalmente ocurren en la pared posterior del ano. Detrás de esta zona hay una estructura ósea y los esfuerzos durante la defecación provocan principalmente grietas en esta zona. Además, el ano y su entorno son muy ricos en nervios. Responde violentamente al más mínimo estímulo y el paciente sufre mucho.

Tratamiento de la fisura anal

La principal razón de la formación de la fisura anal es el aumento de presión. en esta región. El estreñimiento crónico es la causa de esto. Especialmente, el esfuerzo excesivo en el baño o los ataques muy severos de diarrea pueden causar esto.

Hay dos tipos de grupos de músculos alrededor del ano, que llamamos esfínteres. 1 de estos trabaja de forma voluntaria y 1 de ellos trabaja de forma involuntaria. En caso de fisura, este músculo involuntario se contrae excesivamente y altera la circulación sanguínea allí, provocando que la fisura se vuelva crónica. El objetivo del tratamiento de fisuras crónicas es eliminar esta contracción involuntaria.

Las fisuras pueden aparecer a cualquier edad. Las fisuras que se observan en la infancia son fisuras agudas. Mejora rápidamente con medidas simples. Si la fisura no mejora en 3 semanas, el episodio se ha vuelto crónico y se debe planificar el tratamiento en consecuencia.

El síntoma más evidente en los pacientes es un dolor intenso durante y después de la defecación. Este dolor comienza con el contacto de las heces con la fisura. Una vez finalizada la defecación, esta puede durar horas, dependiendo de la persona. Estos dolores y ardores a veces perturban la vida diaria de una persona. Puede conducir al autoaislamiento en la sociedad. Los pacientes describen el dolor como un dolor como el de un vaso cortado al defecar.

Las enfermedades proctológicas se diagnostican tarde debido al sentimiento de vergüenza y, como resultado, el tratamiento se retrasa. Como los pacientes no son examinados, estas enfermedades se confunden con hemorroides y se les administran medicamentos necesarios o innecesarios. De hecho, los pliegues centinela que se observan en las fisuras crónicas se confunden con hemorroides e incluso se realiza cirugía innecesaria.

El diagnóstico generalmente se realiza mediante un examen físico. Se coloca al paciente en posición rodilla-codo. Este procedimiento se realiza preferentemente sobre la mesa de proctología. Se detecta una fisura vertical en la posición de las 12 en punto. En el suelo de la fisura se ven fibras del músculo del esfínter interno. En los casos crónicos también se observa una mama centinela llamada pila centinela y una popilla de hipertráfico. En estos pacientes no se debe realizar tacto rectal ni examen anoscópico. El paciente siente un dolor intenso. Si es necesario hacerlo, debe hacerse bajo anestesia local.

En casos agudos, se recomienda a los pacientes que se mantengan alejados de los alimentos picantes y recurran a alimentos que dejen pulpa. Se recomienda a los pacientes beber 3 litros de agua al día. Los baños de asiento en agua tibia durante 10 minutos cada mañana y noche relajarán los esfínteres anales y relajarán al paciente.

En casos crónicos, el objetivo es eliminar el espasmo anal. Hay 2 formas de hacer esto. El objetivo de ambos es reducir el aumento de la presión anal. En ambos casos se obtienen resultados del 90-95%.

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