Se le llamó codo de tenista porque era una enfermedad identificada por primera vez en jugadores de tenis. Sin embargo, muy pocos de los pacientes son tenistas y, aunque ocurre con frecuencia en atletas que practican deportes de raqueta, la enfermedad puede ocurrir en cualquier persona que realice trabajos repetitivos y extenuantes con la muñeca. El codo de tenista puede ocurrir en todos los grupos ocupacionales que realizan movimientos extenuantes de la muñeca durante más de 2 horas al día. El codo de tenista se presenta con frecuencia, sobre todo en pintores, fontaneros, carpinteros e incluso amas de casa que realizan tareas domésticas intensas. El rango de edad más común es entre los 30 y 50 años, el codo de tenista se presenta con dolor y sensibilidad en la cara externa del codo, y se observa dolor que se irradia al antebrazo. Comienza con microdesgarros en los tendones, también conocidos como epicóndilo lateral, que están unidos al hueso en el borde exterior del codo. La enfermedad progresa como resultado de un traumatismo de baja intensidad en los ligamentos musculares y óseos de este tendón debido a una tensión repetitiva.
¿Cuáles son los síntomas del codo de tenista?
El dolor que se siente en la protuberancia ósea en el borde externo del codo y que se extiende al antebrazo es el primer síntoma importante. Se manifiesta con un dolor que se extiende desde el codo hasta la muñeca, especialmente cuando se aplica fuerza sobre un objeto. La intensidad del dolor aumenta a medida que se coloca la carga en la muñeca.
Como resultado de este dolor, los primeros síntomas son debilidad en los músculos del brazo y la incapacidad para levantar objetos pesados. En las etapas posteriores, se manifiesta incluso con acciones simples como cerrar el puño, estrechar la mano, girar la manija de una puerta.
¿Cuáles son los métodos de tratamiento? ¿Qué ejercicios se pueden realizar?
Este trastorno está relacionado con la muñeca, el codo y el antebrazo, en estas zonas se deben realizar ejercicios de fisioterapia. También se utiliza en tratamientos como el vendaje de kinesiología, el tratamiento ESWT y la punción seca. Si el dolor no es intenso, se puede prevenir la progresión de la enfermedad mediante métodos como la terapia con hielo o hacer una pausa si se practica deporte, y se puede aplicar el método PRP. El último recurso es la cirugía.
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