Cuando me cansé de la vida diaria, perdí las ganas de moverme de un lugar a otro de la casa. Si bien antes no era difícil hacer negocios, ahora tengo miedo de hacerlo. Ni siquiera quiero bañarme. Todas las mañanas me despierto en la oscuridad. Mi paciencia con mis hijos se va acabando día a día por la inquietud de no poder dormir por las noches. Cuando no puedo cuidarlos adecuadamente, me siento inadecuado e inútil. El rostro que veo en el espejo es pálido, oscuro alrededor de los ojos, infeliz y desesperanzado...
¿Alguien puede recordarme cuando perdí la esperanza? ¿Cuáles eran las cosas que disfrutaba hacer antes? No lo recuerdo... Hace tiempo que se me olvidan muchas cosas. Hace unos días volví a tener un accidente de tráfico. Estoy siendo descuidado. Mi esposa y mis amigos dicen que no me río. Si bien antes pensaban que esto podría ser una situación temporal, ahora veo que están empezando a preocuparse. Dijeron que podría resolverlo yo mismo y que tal vez necesitaría unas vacaciones, pero me resulta muy difícil irme de vacaciones. Me siento cansado, no tengo ganas. No se lo dije a nadie, pero la vida parece no tener sentido estos días. La idea de la muerte parece más cercana que nunca…
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la palabra “Depresión”. A veces nos enojamos con nuestros familiares y decimos "me estás deprimiendo", y a veces, cuando nos sentimos desesperados, decimos "estoy deprimido". Entonces, ¿qué es la enfermedad de depresión? ¿Qué síntomas se deben encontrar para reconocer la depresión? El punto más obvio en el curso de este trastorno psiquiátrico común es que la persona no disfruta de la vida tanto como antes y pierde el deseo y el interés en actividades que antes disfrutaba realizar.
Los patrones de sueño de los pacientes depresivos se ven alterados. Pueden tener dificultades para dormir por la noche o experimentar somnolencia durante el día. Junto con el sueño, también se alteran los patrones del apetito. Pueden perder o ganar peso significativamente en un corto período de tiempo. Su energía disminuye y cualquier trabajo que antes podían realizar cómodamente y sin esfuerzo comienza a parecer una carga. Pueden experimentar distracciones y quejarse de ser olvidadizos. A veces su olvido puede aumentar tanto que los pacientes y sus familiares pueden experimentar problemas y preocuparse debido a este olvido. Pesimismo, infelicidad, desesperanza, cambios en los pensamientos y sentimientos de los pacientes. Prevalecen la incompetencia y la culpa. El mundo se convierte en un lugar sin sentido. El autocuidado ha disminuido. Es posible que se encuentre con un paciente con depresión que use ropa descuidada y no se bañe durante días. Uno de los puntos importantes es que no tienen expectativas sobre el futuro. Después de este punto, pueden comenzar en el paciente pensamientos de muerte. Como consecuencia de todo ello, la persona queda incapaz de continuar con su vida familiar, laboral y social. La depresión debe distinguirse de situaciones que toda persona enfrenta, como la reacción de duelo o tristeza que se experimenta tras la pérdida de un ser querido. Porque, a diferencia de estas condiciones, la depresión implica sentimientos como pérdida de confianza en uno mismo y desesperanza sobre el futuro. La depresión es la principal enfermedad que causa discapacidad en todo el mundo. No debería llegar tarde al tratamiento de esta enfermedad común. Cuando se hace un diagnóstico de depresión, no se debe olvidar que el uso de antidepresivos salva vidas si la psicoterapia por sí sola no es suficiente para el tratamiento. Lo que noté en los pacientes que solicitan tratamiento es la resistencia al uso de antidepresivos, situación que complica el camino terapéutico de los médicos e impide una intervención adecuada para el paciente. No olvidemos que si el ataque depresivo actual no se trata, es más fácil que se produzca el siguiente ataque depresivo. Estemos abiertos al tratamiento, no perdamos nuestras metas de futuro y nuestra alegría de vivir...
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