Los cólicos, que comienzan en el período neonatal y generalmente terminan alrededor del cuarto mes, son uno de los motivos más habituales de consulta al médico, lo que supone un gran esfuerzo para las familias en los primeros meses. La definición más comúnmente aceptada es la regla de 3 de Wessel. Según esta definición, el cólico infantil se define como llanto en bebés menores de 3 meses, que dura más de 3 horas al día, que ocurre al menos 3 días a la semana y que dura más de 3 semanas. Aunque se desconoce la causa exacta, sabemos que se trata de un problema digestivo del neurodesarrollo. A menudo se ve por la tarde y por la noche. Durante el ataque, el bebé llora a gritos, lleva los pies al estómago, se enrojece, el abdomen está hinchado y tenso, los ruidos intestinales han aumentado. Las familias suelen acudir al médico pensando que tienen dolor abdominal o corporal. Es más común en bebés que crecen en un ambiente estresante, en bebés expuestos al humo del cigarrillo durante el embarazo y después, y en bebés de madres desnutridas. El diagnóstico se realiza por exclusión, es decir, por exclusión de otras enfermedades. No se deben olvidar causas como la alergia a la leche de vaca y la intolerancia a la lactosa en dolores intensos y prolongados por gases, atrapamiento de dedos y pene en ataques que no se pueden silenciar. El consumo de drogas y sustancias debe cuestionarse en términos de síndrome de abstinencia. El examen, la anamnesis y, si es necesario, los exámenes deben realizarse en detalle. En el examen se deben examinar cuidadosamente cuerpos extraños en el ojo, aftas en la boca, inflamación del oído, ritmo cardíaco, invaginación (nudo intestinal), examen abdominal, dermatitis glandular (erupción cutánea) y fisura anal (grieta en el trasero). Los cólicos infantiles a menudo se alivian con abrazos, alimentación adecuada, balanceos, palmaditas en la espalda, masajes en el abdomen en el sentido de las agujas del reloj, paseos en el coche, sonidos del secador de pelo y de la aspiradora que recuerdan al útero de la madre, lo que llamamos ruido blanco, o con música relajante y tranquila. La característica común de estas actividades es el ruido del gas/excremento después de todas ellas. En el tratamiento se debe establecer empatía con la familia y explicar que esta es una situación temporal, que terminará sola, que no requiere medicación, que es menos común en un ambiente tranquilo y pacífico y que termine rápido. Se deben consultar con el médico métodos como gotas de probióticos, enzima lactasa, aceites y tés de hierbas y reflexología. Los métodos probados sin consultar al médico pueden producir resultados diferentes en los bebés.
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