¿Puedes decidir pero no puedes implementar?

Mantener la decisión es tan importante como tomarla. En primer lugar, la pregunta que debes hacerte es si realmente lo has decidido.
Quieres perder peso, iniciar una relación, cambiar de trabajo, deshacerte de un mal comportamiento, alejarte de hábitos nocivos o adicciones, etc… 
Supongamos que estás haciendo una dieta para perder peso y dijiste que comenzarías a hacerlo. ¿Su peso realmente es sobrepeso o es su percepción?

Si es así, ¿cuáles son los posibles daños que este exceso de peso le ha causado o puede causarle?
 
¿Hay alguno? ¿Beneficios del sobrepeso?
 
¿Por qué nos hacemos estas preguntas?
Porque aquello de lo que somos conscientes nos proporcionará la motivación necesaria para convertir nuestra decisión en acción y sostenerla. La motivación será nuestra fuente más fuerte para implementar nuestra decisión. Si no tienes conciencia, las intervenciones que intentas hacer en tu vida se convertirán en construcciones sin fundamento. Incluso si no hay base, cambiarás de opinión a la primera dificultad.
 
Si tienes conciencia de que necesitas un cambio y tienes razones realistas y válidas para este cambio, necesitarás utilizar recursos motivacionales que estabilicen tu equilibrio de decisiones hacia el cambio. Mi consejo para ello es identificar los pros y los contras que percibes sobre el cambio. Recuérdalo escribiendo o pensando y llena tu mente con esta realización.
 
Peligros en las relaciones  
Pérdida de trabajo  
Pérdida económica  
Pérdida de prestigio  
Ético – Existencial  
Salud  
 
Legal Puede pensar en las desventajas que encontrará en áreas como los problemas.
 
Su comportamiento actual, hábito o cualquier cosa que desee cambiar puede brindarle pros y contras en qué áreas. Recuerde qué cambios ocurrirán en las áreas anteriores si este cambio ocurre.
 
Después de hacer todo esto, puedes pasar a la parte de decisión. Puede aclarar objetivos, tiempos y estrategias de cambio. Por otro lado, también puedes hacer tus propios análisis y comparar experimentos anteriores. Debes responderte honestamente a ti mismo por qué no está disponible para ti. Después de identificar situaciones de alto riesgo que pueden disuadirlo de tomar una decisión, determina sus métodos de afrontamiento para superarlas. Además, realizar este análisis le permite utilizar métodos que funcionaron en el pasado y eliminar aquellos que no funcionaron.
 
Digamos que nos fijamos como objetivo iniciar una dieta. Digamos que dijiste que la hora es el primer día de la semana. Por cierto, ya sabes, no tiene por qué ser el primer día de la semana. Los primeros días serán difíciles, por supuesto, ya que tendrás que alejarte de los alimentos que te gustan, te estarán prohibidos. En esos momentos recordarás tu lista de pros y contras almacenada en tu mente. Elegirás lo más valioso de los aspectos positivos y te recordarás los hermosos cambios que ocurren en tu vida cuando respaldas tu decisión. O antes de tomar esa acción que pondrá patas arriba todos tus objetivos, es decir, antes de hacer ese movimiento que arruinará tu dieta, tomarás un elemento de la lista de contras y lo visualizarás en tu mente. Sabemos que a veces asustarnos con una pesadilla funciona. También demuestra que todavía estás a cargo de tu vida. Además, ¡tu única fuente de placer es no comer alimentos que te hagan subir de peso! ¿No es así?
 
En resumen, no importa lo que hayas decidido, si tienes ganas de volver a tomar una decisión drástica, recurre a tus fuentes que fortalecerán tu motivación. De hecho, ese deseo no se mantendrá al mismo ritmo y fluctuará con el tiempo. Las investigaciones nos dicen que los antojos disminuirán y desaparecerán entre 10 y 60 minutos. A veces lo único que tienes que hacer es parar y esperar a que pase.
 
En conclusión. Cada cambio positivo que hagas en tu estilo de vida fortalecerá tu confianza en ti mismo.
 
¿No vale la pena?

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