5 de 1 lugares donde sin querer le estás diciendo a tu hijo que te escuche

Aprender a ser un buen oyente es una habilidad importante. Es importante que los padres aprendan a escuchar tanto como los niños. Puede consultar este artículo sobre cómo comunicarse mejor con su hijo y cómo saber escuchar. Mientras habla con su hijo, puede aumentar o disminuir la capacidad de su hijo para escucharlo. Gestionar los momentos de crisis es uno de los puntos de inflexión clave que moldean la personalidad y la vida. Eche un vistazo a continuación a 5 situaciones en las que, sin querer, le dice a su hijo que no le escuche y a sugerencias de oro para solucionar estas situaciones:

1. PRESENTARLO COMO UNA OPCIÓN

Al darle una instrucción a su hijo, es posible que se la esté presentando como una opción. Por ejemplo: "¿Vas a cenar?" “Recoge tus zapatos, ¿vale?”.

Como adultos, podemos darnos cuenta de que estas frases no expresan una gran elección. Pero los niños en realidad pueden ver estas preguntas como opciones. Intente decir directamente lo que quiere que se haga. Esto no significa gritarle o no ser amable. De hecho, las investigaciones han demostrado que los niños se adaptan mejor a instrucciones que contienen un tono de voz suave y expresiones positivas. Si nos guiamos por los ejemplos anteriores, dígale a su hijo: "Te estamos esperando para cenar, vamos". "Por favor, guarda tus zapatos". puedes decir.

2. ACTIVAR LA IMAGEN EQUIVOCADA

Mencionamos anteriormente que los niños se adaptan mejor a las instrucciones con actitudes positivas. Si lo que le dices a tu hijo aparece en la mente como lo contrario de lo que dijiste, no has expresado claramente lo que quieres. Los niños pueden interpretar sus palabras de manera diferente en tales situaciones. Veamos otro ejemplo: cuando usted dice "mecerse en la silla", a su hijo le vendrá a la mente la imagen de mecerse en la silla. En su lugar, “siéntate en la silla, mantén los pies en el suelo, el trasero en la silla y mira a la persona que habla con los ojos, por favor”. Así entenderá que lo estás escuchando”. puedes decir. Cuando te expresas de esta manera, la imagen mental será completamente diferente. Sería un enfoque más claro para ambas partes decir lo que queremos que haga, en lugar de lo que no queremos ver/escuchar. Puedes causar confusión indicándole que lo haga por completo mientras intentas indicarle que no quieres que lo haga.

3. EVITANDO EL CONTACTO VISUAL

Los adultos pueden estar bastante ocupados en su vida diaria. Sin embargo, cuando hablas con tu hijo y no te pones a su nivel, será menos probable que entienda lo que le dices. Por eso, cuando te comuniques con tu hijo, bájate a su nivel, míralo a los ojos y haz contacto físico. Si es posible, primero llámalo en un ambiente donde no esté presente y luego expresa tus deseos o lo que quieres compartir. El contacto visual es la parte más importante de la comunicación, la valoración y la escucha/comprensión efectiva.

4. OLVIDARSE DE CONECTAR

Si quieres que tus hijos te escuchen, primero debes hacerles sentir que te importas. Observe y valore las emociones de su hijo y utilice diferentes herramientas como el humor y la narración. Por ejemplo: Entre 3 hermanos, el mayor está construyendo algo con bloques de madera y los otros 2 hermanos le están arruinando el juego. Tu primera reacción podría ser incluir a tus hermanos en el juego. En este punto, su hijo sentirá que usted lo considera culpable en esta situación. Puede animar a su hijo a pensar en soluciones que ayudarán a sus hermanos a no interferir con su juego. Siempre que sea posible, deje que el niño produzca la solución, no usted. “¿Qué puedes hacer para no estropear el juego de tus hermanos? Entonces, ¿qué puedes hacer para evitar que tu hermano te arruine el juego? Se pueden realizar intervenciones que conduzcan a pensar y a calmar el ambiente, como por ejemplo.

Sería un enfoque muy apropiado utilizar estos preciosos momentos de manera efectiva para educar a personas que piensen, vean sus errores, aprendan de sus errores y buscar soluciones.

5. DIFICULTAD EXPERIMENTADA PARA GARANTIZAR LA CONTINUIDAD

Cuando nuestros comportamientos son incompletos, las palabras pierden su significado. Usted establece un límite para su hijo (no jugar con una pelota en la casa), pero luego, cuando ignora este juego, su hijo puede comenzar a ignorarlo a usted como padre. Cada límite que establezcas puede ser desafiado en el futuro. Cuando establezcas una regla desde el principio, asegúrate de seguirla. Cuando le diga a su hijo que no se acerque a la mesa, asegúrese de bajarlo cada vez que se acerque a la mesa. Aclara y protege tus sí y no.

Poner límites a tu hijo no significa ser duro y punitivo. Puede proteger sus límites de una manera respetuosa y educada. su. Es muy valioso para una persona ser disciplinada y disciplinarse a sí misma y a sus acciones. La disciplina es una habilidad adquirida. Es importante conocer los límites. Adquirir disciplina es importante para las personas que conocen sus responsabilidades, pueden ajustar dónde deben estar y dónde no, y tienen un fuerte autocontrol. No limites el comportamiento del niño, déjale experimentar sus emociones libremente, no descuides la disciplina en su comportamiento.

Cuanta más información se comparte, más aumenta y se vuelve más significativa. Obtenga soporte experto cuando no sepa cómo actuar. Ser padre es una habilidad que se aprende

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