Por un matrimonio feliz...

La institución del matrimonio se refiere a la unión de dos personas de diferentes géneros que no tienen ningún obstáculo para contraer matrimonio, con el propósito de establecer una familia. Se sabe que el matrimonio tiene como objetivo satisfacer necesidades psicológicas y sociales. En nuestro país, la selección de cónyuge se realiza mediante la selección de la pareja que cumpla con las expectativas y deseos del individuo, generalmente por decisión propia o de los mayores de la familia y círculo social, lo que se denomina matrimonio arreglado. Conocer bien a nuestra pareja y hacer valoraciones precisas durante el tiempo transcurrido antes del matrimonio es importante para la continuidad del matrimonio. La regla básica para establecer una familia sana es que las partes se conozcan tan bien como los individuos se conozcan a sí mismos.

A la hora de elegir pareja, pueden existir diferencias entre la persona que creamos en nuestra mente y la persona con la que estamos en la realidad. Hay muchas razones que ejercen presión sobre las parejas en el matrimonio e incluso conducen al fin del matrimonio. Entre ellas, la incompatibilidad grave es una de las situaciones más comunes. La incapacidad de las parejas para satisfacer adecuadamente las necesidades emocionales del otro, las menores expectativas sobre el matrimonio, los problemas de comunicación, las palabras y comportamientos que pueden definirse como violencia, la falta de apoyo mutuo en momentos de necesidad social o individual, el comportamiento irrespetuoso y desconfiado pueden citarse como ejemplos de discordia severa.

    Para un matrimonio feliz, debemos alejarnos de las actitudes de crítica, desprecio, autodefensa y construcción de muros, que Gottman llama los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, que dañan las relaciones. .

    En el matrimonio, las parejas no deben ignorar las necesidades emocionales del otro. Descubra el impacto de la comunicación mostrando interés genuino en su pareja, diciendo palabras amables, abrazándola, haciendo contacto visual y haciendo declaraciones afirmativas.

    Acepta a tu cónyuge tal como es y respeta sus gustos y elecciones sin intentar cambiarlo.

    Procura ser comprensivo. Demuestra tus habilidades de empatía. Evite declaraciones como "Definitivamente no deberías haber hecho eso", "Eres culpable". Da el mensaje 'Entiendo cómo te sientes'.

    Muestra una actitud de 'Nosotros'. El poder de la solidaridad familiar Apoya a tu pareja creyendo en su reputación.

    Recuerda que tu pareja te necesita, habla de posibles situaciones en lugar de darle lecciones morales.

    Recuerda que en algunas situaciones, incluso solo ser un buen oyente será muy beneficioso para su relación.

    Tenga cuidado de mencionar problemas menores. Recuerda que los problemas acumulados serán cada vez más irresolubles en el futuro.

    Si, a pesar de todo esto, los problemas en tu matrimonio se han vuelto insuperables, puedes obtener apoyo de un experto para reparar y mejorar tu matrimonio.

 

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