El miedo es el sentimiento de ansiedad que se produce ante un peligro real o ante la posibilidad de peligro. La ansiedad es la tristeza que se siente porque ocurrirá un mal resultado. A menudo la ansiedad y el miedo están interconectados. Preocuparse por una situación puede provocar sentimientos de miedo.
Esta situación es similar para adultos y niños. Entonces, ¿los niños y los adultos temen las mismas cosas? Los miedos de los niños generalmente pueden estar relacionados con su familia y su entorno. Puede tener miedo de que sus cuidadores lo abandonen, puede tener miedo a la oscuridad o puede tener miedo al castigo. Es posible que no puedan expresar sus miedos como los adultos porque su desarrollo del lenguaje aún no está a ese nivel o porque la familia no anima al niño a expresar sus sentimientos. A veces, la indiferencia de la familia y no pasar suficiente tiempo con su hijo puede provocar que se desarrolle miedo en el niño. Estos miedos a veces pueden incluso desarrollarse para llamar la atención.
¿Qué debo hacer si me doy cuenta de que mi hijo tiene miedo? Tan pronto como se note el miedo, se debe contactar al niño. A veces, simplemente comunicarlo puede hacer que la situación tenga más sentido y hacerle consciente de sus miedos. Si el niño expresa su miedo abiertamente y su miedo no afecta mucho su vida, usted puede ayudarlo a superarlo encontrando formas de consolarlo. Si la situación es grave, es decir, si no disminuye con lo que haces o si afecta gravemente a la vida diaria, sería beneficioso consultar a un especialista sin demora.
Dado que el lenguaje del niño es juego, la terapia de juego puede facilitar que el niño supere sus miedos. La terapia de juego es uno de varios métodos terapéuticos desarrollados para niños. En la terapia de juego, el objetivo es que el niño refleje sus miedos proporcionándole el entorno de confianza que necesita, que dé sentido a sus miedos con el enfoque de aceptación del terapeuta y que los enfrente por sí solo y los supere. p>
No nos importan los miedos que se desarrollan en la infancia y no queremos que la situación empeore. Sus miedos pueden causar heridas profundas en los niños. Incluso puede provocar que se produzcan otros problemas. Por eso debemos ser mucho más sensibles con este tema.
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