Como todos sabemos, queremos que nuestros hijos se eduquen en las mejores y más efectivas instituciones, tanto por el marketing como por la obligación que sentimos. Por supuesto, recibir educación de las instituciones más efectivas; Será beneficioso para todos los estudiantes; Pero hay otra educación que no debemos olvidar. Y esa es la educación familiar. En este artículo, hablaré sobre cómo podemos apoyar positivamente la personalidad de nuestros hijos y los procesos educativos continuos dentro de la familia.
Como es sabido, los recursos educativos nos brindan muchas cosas en forma escrita, auditiva y visual. . El procesamiento de los datos presentados es un proceso que se desarrolla con la implicación del estudiante. La familia es diferente. Decirle cómo hacer algo en la familia no ofrece nada diferente a la educación estándar que recibe en la escuela durante todo el día. Por eso debemos transmitir nuestro mensaje no diciéndolo, sino dando el ejemplo y mostrando el comportamiento correcto, es decir, mostrándole a nuestro hijo qué hacer y cómo hacerlo. Si hablamos de nuestra situación, tarde o temprano nuestros hijos se darán cuenta de esta situación y valorarán lo que usted dice como "imaginario". Después de este proceso, es inevitable que lo que digamos como padres deje de tener valor.
Otra cuestión es la discreción. No debemos renunciar a nuestro reconocimiento o al bien hecho en todos los campos en los que vemos avances. Como he podido comprobar en muchas entrevistas, los padres piensan que decir “bien hecho” provocará que se mimen y que sus hijos no progresen y se queden en este punto. Por el contrario, el bien hecho o el agradecimiento es una actitud que empuja al niño a hacerlo mejor, pero su falta hace que el niño se detenga en el punto actual y vuelva al punto donde empezó de nuevo en el futuro. Además, puede provocar que nuestros hijos carezcan de confianza y autoestima. Porque los esfuerzos del niño no fueron recompensados ni siquiera verbalmente ni siquiera notados. La verdadera cuestión no es decir bien hecho o no, sino apreciarlo indicando por qué. Esta situación demuestra lo que aprobamos y también es una señal de que los esfuerzos de nuestros hijos son recompensados.
Otra cuestión es permitirles cometer errores. Muchos padres no pueden tolerar cometer errores y toman medidas para tomar precauciones. Esta situación permite que los niños tomen decisiones por sí solos. Si bien dificultará los procesos, hará que sigan dependiendo de quienes piensan y actúan. Independientemente del resultado, las responsabilidades asignadas no sólo permitirán a los niños realizar mejor esas tareas con el tiempo, sino que también los ayudarán a mejorar en la toma de decisiones y la confianza en sí mismos. Además, debe haber resultados fallidos para que se pueda ver el error y la próxima vez podamos seguir adelante con conciencia del error. No olvidemos que nuestros hijos experimentan cosas nuevas cada día, y las iniciativas que necesitan tomar en la vida aumentan a este ritmo o incluso a múltiplos de este ritmo. En este proceso, lo que debemos hacer no es lograr que las cosas se hagan, sino ayudarlos a hacer las cosas de la manera más saludable.
Por supuesto, los procesos de educación y comunicación dentro de la familia no son tan pequeños. Escribiré sobre diferentes enfoques, ideas y opiniones sobre este tema según sea necesario. Por ahora terminaré mi artículo poniendo una coma.
Con amor y respeto….
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