Sentirse bien física y espiritualmente, estar físicamente activo y dormir lo suficiente son algunos de los factores que aumentarán tu calidad de vida, y todos dependen de tu alimentación. Ahora bien, lo que debes hacer para sentirte bien, aumentar mejorar tu calidad de vida y mejorar tu salud es sencillo pero efectivo. Hablemos de los elementos.
Crea tu rutina de sueño. Con un sueño adecuado y reparador, estarás más vigoroso y más activo el día que recién comiences, y será más probable que cumplas con tus planes y tu dieta.
Un consejo: antes Antes de dormir, añade 1 cucharadita de vinagre de manzana a 1 vaso de agua y bébelo cómodamente, te ayudará a conciliar el sueño.
Consumo de agua. La sustancia más importante para el ser humano es sin duda el agua. No se puede perder peso sin beber agua, y el agua juega un papel fundamental en el funcionamiento de muchos sistemas del cuerpo, especialmente para una piel sana. Puedes calcular tus necesidades de agua en 30 ml por kilogramo al día.
Actividad física. Para un cuerpo sano, el movimiento y la actividad física deben incluirse en tu vida. Caminar durante 45 minutos 3-4 días a la semana, no usar el ascensor durante el día, caminar las distancias que puedas caminar, hacer ejercicios sencillos en casa, dar algunas vueltas en descansos cortos si trabajas sentado y continuar trabajando. Actividades aparentemente simples afectarán tu calidad de vida a largo plazo.
¡Comienza el cambio en la cocina! Comienza a consumir tus comidas generalmente en casa, así será más fácil regular tu dieta siempre que sepas lo que comes y su contenido. Cuando vaya de compras, manténgase alejado de los cereales azucarados envasados, la comida chatarra y las comidas enlatadas preparadas, porque muchos alimentos preparados contienen azúcar agregada y diferentes aditivos. También productos procesados; El salami, las salchichas y el soudjouk son alimentos que no deben estar en tu casa por su alto contenido en grasas y sustancias cancerígenas.
Lee las etiquetas. Saber lo que comes te permitirá ser más sensible y cuidadoso en tu elección de alimentos. Declaraciones como sin azúcar/sin grasa escritas en productos o mostradas en anuncios no siempre reflejan la verdad.
Come colorido. Asegúrese de incluir verduras de diferentes colores en cada comida del día. Para las meriendas, elige diferentes frutas de temporada en porciones adecuadas a tus necesidades, de esta manera cubrirás las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita y consumirás elementos antioxidantes que protegen contra enfermedades.
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Satisfaga sus necesidades de carbohidratos a partir de carbohidratos complejos. Los carbohidratos simples, como la harina blanca y el arroz, aumentan el nivel de azúcar en la sangre rápidamente, lo que hace que sienta más hambre y necesite dulces. El pan integral, la pasta, la quinoa, el trigo sarraceno y las legumbres son ideales para tus necesidades de carbohidratos.
No sigas un solo tipo de dieta. Sea escéptico respecto de las dietas y los alimentos populares, investigue y consulte a un experto antes de implementarlos. Llevar una dieta basada únicamente en verduras o proteínas puede provocar resultados indeseables a largo plazo. Intenta consumir cantidades adecuadas y equilibradas de todos los grupos de alimentos durante el día.
No restrinjas demasiadas calorías para perder peso. Las dietas bajas en energía no sólo te impiden satisfacer los elementos que tu cuerpo necesita, sino que también ralentizan tu tasa metabólica después de un tiempo.
Finalmente, Piensa en la alimentación saludable como un estilo de vida, no como una obligación o un pensamiento aburrido sobre una dieta, sino como una elección que afectará todos los aspectos de tu vida y mejorará tu calidad de vida. Que sea una recompensa que tú eliges y te das a ti mismo, no porque alguien te obligue, sino porque tú lo deseas.
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