La respuesta a la pregunta es SÍ, como muchos de ustedes habrán adivinado. Un nuevo estudio de 2016 realizado por investigadores de Penn State lo confirmó. El estrés parental se asoció con una mayor disminución de la satisfacción sexual en las madres que en los padres.
Si bien las madres sintieron más tensión psicológica, sus parejas también informaron menos satisfacción sexual. Pero lo contrario no es cierto. En otras palabras, el estrés de la paternidad no afecta la satisfacción sexual de las madres.
Las madres asumen un papel más importante en el cuidado de sus bebés recién nacidos. También sienten la presión de ser la madre perfecta. Las nuevas madres pueden sentirse cansadas y menos sexys debido a las responsabilidades parentales adicionales.
Las relaciones sexuales son interdependientes. A saber; A medida que las madres experimentan más estrés por ser madres, no es sólo su propia satisfacción sexual la que disminuye. La satisfacción sexual de los padres también se ve afectada negativamente.
En las madres que amamantan, la hormona de la leche llamada prolactina puede causar sequedad vaginal y, como resultado, dolor durante las relaciones sexuales. Los lubricantes no pasan a la leche materna y su uso aliviará la sequedad durante las relaciones sexuales. La vagina puede tardar más en recuperarse después de partos invasivos que requieren vacío o causan desgarros profundos en la vagina y el perineo. Los ejercicios perineales son útiles en este proceso.
Cuidar a un bebé recién nacido puede resultar muy agotador. El primer paso es reconocer el estrés y luego no dudar en pedir ayuda. Pedir ayuda a familiares, amigos y vecinos les da a los nuevos padres tiempo para aliviar su presión durante el día y sentirse como pareja nuevamente.
Recuerde, NO EXISTE UNA MADRE PERFECTA. SÉ UNA MADRE FELIZ.
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