¿TENES REALMENTE HAMBRE?

La psicología cubre el comportamiento humano, los procesos mentales y sus causas subyacentes

. Afecta la forma en que las personas dan sentido e interpretan los acontecimientos, sus reacciones ante los acontecimientos ahora y

después, sus relaciones humanas, sus estilos de vida y

estilos.

La persona que vemos en el espejo cada mañana. que nos mire un poco cursi o brillante esta mañana

que nuestro café sepa mejor o peor, que diga buenos días con una gran sonrisa cuando nos encontramos con nuestro vecino. en la puerta

>¿O qué nos determina a buscar significados diferentes en sus miradas y encontrarlas repulsivas? Nuestro estado de ánimo

está íntimamente relacionado con todo, desde nuestra vida diaria hasta nuestra vida profesional, desde nuestras relaciones hasta nuestras actitudes

. "¿Por qué me puse de mal humor con mi colega? En realidad, estoy nervioso por el proyecto que tengo que terminar". Al cuestionarnos a nosotros mismos, a veces podemos captar momentos en los que nuestro estado de ánimo se refleja en nuestro comportamiento. A veces, estos procesos

se vuelven tan automáticos en nuestro comportamiento que resulta imposible notarlos sin dirigir nuestra atención

. La nutrición es uno de los ámbitos donde con mayor frecuencia se observan estos procesos.

Ninguno de nosotros se cuestiona antes de comer en el fluir diario de nuestra vida. Comer es una acción vital y placentera. Por este motivo

el lema de muchos de nosotros es “Ese alimento debemos comerlo cuando queramos”. Tomamos esto como un principio y nunca lo cuestionamos hasta que llegue a la etapa final. El último punto que expreso aquí puede ser una barriga que desborda nuestro bikini en verano para algunas de nosotras

y un cuerpo tan graso que nos dificulta respirar

para otros. Cualquiera que sea nuestro pico, debemos empezar a cuestionar nuestras conductas alimentarias en este momento. Mientras estamos sentados a la mesa

¿realmente nos sentamos con hambre fisiológica, o comemos para sentirnos mejor,

para relajarnos?

Nuestro estado de ánimo es muy efectivo en nuestra conducta alimentaria y en el peso que ganamos.

Es posible que, sin saberlo, recurramos a la conducta alimentaria cuando estamos tristes, enojados, estresados ​​o cuando queremos sentirnos felices.

Este proceso se ha vuelto tan automatizado que el hambre fisiológica No podemos separar nuestra conciencia de nuestro hambre emocional. ¿El resultado?

Aceptamos los nutrientes que no necesitamos para nuestro cuerpo, que en realidad está lleno, como una carga para nuestras emociones que necesitamos ser satisfechas.

En este proceso, nos lleva al final inevitable

. Cuando empezamos a hacer dieta como solución a nuestro aumento de peso, nuestra alimentación emocional comienza a obligarnos con figuras de comida chatarra que circulan en forma de "Cómeme, debes comer, no puedes ser feliz si no lo haces". "

en nuestros cambios de humor. Este sistema, que funciona con un mecanismo difícil de resistir

provoca problemas de motivación,

desencadena la sensación de fracaso, y afecta negativamente a nuestro proceso de alimentación y autopercepción.

Nuestra psicología afecta toda nuestra vida. Si podemos tomar conciencia de que afecta profundamente a nuestros hábitos alimentarios

podremos prevenir más fácilmente los ataques de hambre que pueden ocurrir durante nuestras fluctuaciones emocionales

. Somos un todo con nuestras emociones,

comportamientos y cuerpo. Debemos saber que cuando una de este conjunto se daña, nuestras otras partes automáticamente se verán afectadas por el proceso. Recuerda,

No mates de hambre a tu alma mientras alimentas tu cuerpo.

Con amor,

Psicóloga Melisa Yener

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